Buenos días!
me encantan las alcachofas, así que cuando es su época acostumbro a
comprarlas y utilizarlas bastante, las
añado a guisos, estofados... y como
no, en tortilla! a quién no le gusta
una buena tortilla de alcachofas?,
deliciosa!
Pero por muy buena que sea, a veces, si la tortilla te sale muy
grande, es
inevitable que te sobre tortilla para la noche, pero entonces
lo que pasa es
que cuando la vas a comer a la noche está la alcachofa
“oxidada”, ha
cogido un tono oscuro verdoso que aunque no es que se haya
vuelto mala
pero no es muy agradable a la vista.
Hace unos días cuando hice la última tortilla de alcachofas se me
ocurrió
probar algo nuevo para evitar la oxidación de la alcachofa y me
dió resultado!
por la noche la tortilla estaba de color como recién
hecha, así que hoy lo quiero
compartir con vosotr@s para que lo pongáis
en práctica.
Lo normal para hacer la tortilla de alcahofa es antes de añadirla a
los huevos,
sofreirla en aceite para que se haga y después de esto la
añadimos a los huevos
y la cuajamos, yo no la hago así ya que no me
gusta como queda la alcachofa
frita en la tortilla, yo siempre en vez de
freírla la hiervo unos 10/15 minutos
en agua con un poquito de sal, de
este modo tanto la alcachofa como la tortilla
quedan blanditas y más
jugosa. El otro día como os comentaba se me ocurrió un
truco, añadir al
agua de cocción el zumo de 1 limón que ya sabemos que es un
antioxidante, y así la cocí, después hice mi tortilla como de costumbre
pero esta vez
y de este modo no se oxidó. Asi que compartido queda mi
truco!
Hasta la próxima!
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